Con las suelas hechas trizas

  • INICIO
  • SOBRE MÍ
  • CUBA
  • EUROPA
  • PANAMÁ
  • AUSTRALIA
  • NUEVA ZELANDA
  • HAWAII
  • Inicio
  • PANAMÁ
  • 3 días muy “chachis” en Bocas del Toro – Panamá
27 enero, 2021

3 días muy “chachis” en Bocas del Toro – Panamá

Ariadna López Rayo
domingo, 02 abril 2017 / Publicado en PANAMÁ

3 días muy “chachis” en Bocas del Toro – Panamá

De los 9 días que viajamos a Panamá, dedicaremos 3 a Bocas del Toro (90€ vuelo desde Ciudad de Panamá con Air Panamá – vuelta autobús Bocas – Panamá 40$).

Y llegó el día de abandonar Ciudad de Panamá para dirigirnos al lugar del cual todo el mundo hablaba, a las playas preciosas, al paraíso de los jóvenes surferos. Tenía la sensación que, después de 1 día y medio de visita (obligada, por supuesto) a la gran ciudad, empezaba lo “chachi”.

De Ciudad de Panamá a Bocas del Toro (o eso intentamos)

Abro la app Mytaxi en mi móvil, solicito taxi al aeropuerto, y espero, impaciente, a mi conductor mientras controlo su recorrido en la pantalla de mi Iphone6. Se acerca. Ahí viene uno. ¿Será el? ¡Ahí está! Un saludo cordial e iniciamos la marcha.

Mi avión sale a las 9h, no voy justa ni sobrada. Le doy 10$ al taxista (porque decido yo misma que es el precio justo. Os preguntarán constantemente cuanto os han cobrado otros taxistas) y me bajo del coche. El aeropuerto es más pequeño de lo que me imaginaba. Al parecer el vuelo va con algo de retraso, así que aprovecho para tomarme un café de esos tan ricos en Kotowa (el Starbucks panameño).

El retraso se acumula, el aeropuerto se llena, pido información al señor del mostrador, me mira con cara de interrogante y me cuestiono si ha sido por mi peculiar forma de hablar a la velocidad de la luz (no ha entendido ni papa), o no tiene ni idea de lo que está pasando. Intuyo que es lo segundo. Me doy otra vuelta, me compro una revista, me siento, me levanto y me vuelvo a sentar. Seguimos sin noticias. Vuelvo a preguntar. Y así durante un par de horas más.

Sobrevolando Bocas en avioneta

Para acortar la tortuosa espera, haré un salto en el tiempo y os resumiré la experiencia, medio dramática medio incluso hasta emocionante. Acumulamos, en total, 6h de retraso. Cuando, por fin, conseguimos volar, aterrizamos en David, desde donde nos llevarían a Bocas en avionetas pequeñas. Más falta de información, más horas de espera, exigimos comida, unos pasajeros se van, otros se quedan, unos caben, otros no.  Nuestros recién amigos portugueses han subido, el francés sigue aquí. Nos desesperamos, queremos llegar ya. Por fin nos llega el momento, y acabamos sobrevolando Panamá en mini avioneta (algo cutre) de hélice, y cuando digo cutre hablo del nivel de cortinilla de pliegues azul que nos separa del piloto, ruido ensordecedor nada tranquilizante y con parada intermedia para dejar a otros pasajeros en el aeropuerto de Changuinola. Para echarle leña al fuego, cuando parece que todo está bajo control, nos informan de la no llegada del equipaje. Nos tranquilizan, nos dicen que están localizadas, nos asustan, porque no llegarán hasta el día siguiente.(Al final todo salió estupendo, dentro de lo que cabe, y esa misma noche podemos lucir nuestros modelitos).

Hago hincapié en que, en teoría, no suelen haber retrasos, han sido problemas técnicos y he tenido la magnífica suerte de que me tocara.

Anyway… llegamos a Bocas (¡por fin!) y me emociono como una “niña chica” al bajar del “avión”.  Es la primera vez que no  tengo que coger transporte público al salir del aeropuerto, sino que vamos a pie. Qué gozada.

El sitio me transmite seguridad, es auténtico, algo caótico, y con ambiente por todos lados. No sé definir si es cutre, o es esta apariencia misma de desorden lo que le proporciona su mismo encanto. Colorines por todos lados. Gente joven por todos lados.

Dónde dormir en Bocas (dormir, y salir, y conocer gente, y comer/cenar, y..y…¡all in!)

Al final de la calle diviso un edificio amarillo y turquesa, ¡debe ser ése! el famoso HOSTAL SELINA (68,75€/noche 2 pers hab. privada, también hay posibilidad de compartida), que es EL HOSTAL, “el punto de encuentro”, referente entre los jóvenes.

HOSTAL SELINA

No hay otra opción, ¡hay que alojarse ahí! – Me había dicho mi amigo, al cual había venido a ver a Panamá, cuando le pregunté por el “dónde dormir en Bocas”.

La verdad que me encantó, sobre todo, el ambiente y el “buen rollo” que se desprende. La gente va con ganas de hablar y conocer a otra gente, los jóvenes surferos, los que viajan solos a ver mundo, los que tienen una crisis existencial, los que han dejado tirados a última hora, los que vienen con 3 amigos y acaban siendo 12. Todo está muy limpio, por las noches suelen hacer espectáculos, música en directo, etc. y vienen los inquilinos del resto de hostales. “En el Selina se lía”, me dijeron otra vez.

Llegamos a la hora del “Happy Hour”, es decir, 2 cocktails por 9$ y cervezas a 1,5$ hasta las 21h. Varios grupos de gente están sentados de cara al mar. Escucho, escucho y observo, intentando catalogar mi próximo “hogar”. Charlan, de dónde vienes, a dónde vas,  qué harás mañana, cúando viniste, hasta cúando te quedas, por qué te vas. Preveo que puedo puntuar con un 10 al ambiente, a las experiencias compartidas de un grupo de desconocidos con una finalidad común: descubrir lo máximo y mejor de Bocas en un ajustado espacio de tiempo.

Y así fue cómo iba a ver a un amigo lejos, y volví con más y de más lejos.

Dato práctico: Cenar en el hostal: Ensalada griega + cerveza 12$. El desayuno está muy bien, buffet libre por 4$.

Dato curioso: La mitad de los empleados son contratados y el resto son voluntarios que trabajan a cambio de alojamiento/comida.

 

En la terraza del Hostel Selina (mirando al mar)

 

Día 1: Excursión a la bahía de los delfines, Cayo Coral, Cayo Zapatilla, visita a los osos perezosos (suerte…) y Hollywood.

Contratamos la obligada excursión a Cayo Zapatilla (el resto, para mí, es “packaging”) por 35$, 2 bebidas incluidas y la entrada de 10$ obligada del parque natural, en Adventure, al lado del “chiringo rojo” en la calle principal. 100% recomendada. Y nuestros guías panameños son adorables. Empezamos, son las 10h. No veas el tío como le mete caña a la lancha, vamos (si me perdonáis por la expresión), ¡a toda hostia! Nos hemos reencontrado con nuestros compis portugueses de avión, que ahora comparten lancha con nosotros. Comentamos la (ahora graciosa) anécdota para llegar.

Entre mangalres

Empezamos con un paseo entre manglares, me pierdo en el paisaje, y, de vez en cuando, mi mente pilla se desvía a analizar a mis compañeros de lancha. La pareja argentina… ¿estarán de Luna de Miel? Parecen muy melosos… ¿Cúanto llevarán los portugueses? ¿Por qué no nos habla la chica alemana? ¿La negrita de primera fila es la novia del conductor?

El guía joven nos hace preguntas, curioso, sobre Barcelona, cuando descubre que en la Bahía de los Delfines hoy no hay individuos. Así que proseguimos la marcha sin éxito.Nos bajamos en un restaurante flotante a encargar la comida del medio día, luego hacemos snorkel durante ½ hora entre coral (no me pareció demasiado espectacular). Pero el chapuzón me vino de lujo.

Llegamos, por fin, a Cayo Zapatilla ¡UAU! ¡Ahora sí que sí! Y tengo 2h libres para pasear a mi libre albedrío por esta maravillosas e inhabitada isla desierta. La recorro entera, me siento Tom Hanks en la peli de Naufrágo, posamos, ahora con este fondo, esa zona del mar es más transparente, aquí la arena es más blanquecina, mira ese árbol de ahí estratégicamente ubicado… Cuando las mil fotos nos empiezan a parecer iguales y todos los rincones de arena se igualan en tonalidad de color, nos tumbamos a empaparnos del asfixiante sol de (sí! A una semana de Navidad) Diciembre. Y me sumerjo a lo sirenita en las transparentes aguas del Caribe.

 

 

Cayo Zapatilla

 

Vamos de vuelta al Restaurante flotante a comer mi plato de marisco variado con arroz + patacones + soda por 17$. (No es obligatorio, podéis llevar vuestra propia comida).  Pero yo comí bien y en cantidad.

 

Después de comer nos vamos a ver los osos perezosos (muero de amor sólo de pensarlo). Tengo unas ganas locas, pero me quedo algo decepcionada pues sólo podemos ver una intuíble bola de pelo en la parte superior de un árbol. Y es que los osos perezosos duermen 20h al día y bajan cada 5 días. Jo…

Llegamos al tramo final de la excursión, la parte que llaman Hollywood, a ver las estrellas de mar. Súper importante no sacarlas del mar, pues se estresan demasiado y acaban muriendo. Sí, supongo que algunos de vosotros también querréis preguntarme lo que tantas veces contesté a mi vuelta. “¿Y cómo sonnn? ¿Qué tacto tienen?”. Son duras, poco pesadas como si estuvieran huecas, como figuras inmóviles dentro del mar. (Mmm.. descripción extraña pero no sé hacerlo mejor).

En el Selina

¡Venga, que llegamos para la Happy Hour!  A las 17,30h estamos de vuelta al hostal, la hora del reencuentro (o nuevo encuentro, pues hay un ir y venir incesante y constante de nuevos visitantes). Nos juntamos, con cerveza en mano y pies en agua, a comentar con nuestros nuevos amigos la experiencia de hoy y planear la de mañana.

Por recomendación de la Madrileña, hoy cenamos en Bambú, un local al aire libre con espectáculo de fuego en medio. Está bastante bien. Ceviche + bebida 15$.

Volvemos al hotel, recogemos a nuestra amiga argentina y nuestro amigo chileno, se unen dos holandesas, y el italiano que vive en Canadá. Acabamos formando un grupo inesperado y nos vamos a pegarnos unos bailoteos en Iguana. Curioso estar bailando en una terraza con una estrella de mar en el fondo… Nos reímos de la anécdota. Nos encontramos a los irlandeses que han llegado hoy. Voy a pedir. Una chica rubia me para. Me preguntaa, casi afirma, si también estoy en el Selina. Se acaba uniendo al grupo.

Una noche muy divertida.

(Para salir por la noche otra opción es el Barco Hundido).

 

 

Día 2: Playa de las Estrellas

Después de un desayuno saludable a base de piña tropical (¡tremenda!), hacemos una primera parada en el supermercado, parada número 2 en Café Chifflé a por comida para llevar (en la calle principal). De hecho, toda la vida de Bocas suele pasar en la Calle Principal. Había leído que hacen comida casera buena, barata y en cantidad, y no se equivocaban.  Un platazo de carne con arroz por 4,5$. Ideal para lucir tipín en la playa…

Nuestro plan de hoy es visitar la famosa Playa de las Estrellas (muero de curiosidad por tocarlas). En la misma calle (principal, cómo no), cogemos la furgoneta que nos lleva por 5$ (ida y vuelta), y en 20 min de trayecto, a dicha playa. Hay que andar un trozo, unos 20min aprox. ¡No cometáis el error de no hacerlo andando! El recorrido es espectacular…Camino rodeada de naturaleza salvaje, alucinada con el paisaje. Fotografío el mar desde todas las perspectivas posibles. Me combino, (y me estreso): una mano para fotografiar,  en la otra mano sostengo mi GoPro para no parar de grabar.

En busca de la Playa de las Estrellas

Llegamos a una playa estrecha, con chiringuitos, hamacas y música caribeña. No está plagado de estrellas por todos lados, como previamente había imaginado. Me decepciono un poco. Me lanzo en las aguas turquesas a la búsqueda y captura de estos pequeños seres. No tengo éxito. De repente, veo un grupito de panameños inmóviles que me hacen señales para que me acerque. Se me pasa el berrinche y jugueteo con la estrella de mar. Recordad, ¡no las saquéis del agua! Que las señoritingas se estresan y nos acaban convirtiendo en asesinos.

 

Playa de las Estrellas

Pasamos el día, me encanta este lugar. Comemos, nos bañamos, nos torramos,  y tomamos batido de Maracuyá.

La Ari que advierte: ¡Ah! No os extrañéis si de repente os empiezan a pinchar/picar los pies, es una especie de dolor bastante incómodo. El señor de los puestecitos me comentó (después de haberme vuelto loca pensando qué me pasaba) que son espinitas de las semillas que se clavan en los pies. Tenéis que rascar fuerte para sacarlos (tipo de información relevante que me hubiera gustado saber antes de ir y que no se encuentra en ninguna Lonely Planet. Quizás les llame para comentárselo).

Deshacemos el camino salvaje (esta vez con los artilugios guardados). A las 17h nos espera la furgoneta para llevarnos de vuelta a Bocas.

Hoy decidimos quedarnos a cenar en el Hostal (8$ Ensalada César y cerveza). Esta noche hay fiesta en Aqua Longe, un local enfrente de nuestro hostal con colchonetas, toboganes y atracciones en el mar, que se suele llenar los Miércoles. Se accede en barca desde el Selina (1$). Entrada chicos 5$, chicas gratis con barra libre de 22,30h-23,30h. Vale, sí, sector masculino, tenéis derecho a renegar…Nos juntamos, una noche más, en el Happy Hour para planear.

Noche muy divertida, seguimos ampliando el círculo de nacionalidades, y acabo la noche saltando desde la cama elástica al mar (no sin antes haberme asegurado con el personal de que no rondaban tiburones por la zona).

Día 3: Playa Bluff

Último día en Bocas…

Hoy hacemos el desayuno en el Hostal (por 4$  con buffet libre).  El plan de hoy es alquilar unas bicis (por 5$ hasta las 18h, ¿adivináis dónde? sí, en la calle principal). Veréis que tenéis varias opciones, incluso te las ofrecen por la calle.  Estamos a 1h de ruta hasta Playa Bluff. Nos aseguran que es un camino seguro.

Aviso de Olas Asesinas

 

En esta playa hay que tener mucho cuidado, aunque estaba avisada previamente, me impactan los carteles de “Olas Asesinas” (que veremos al llegar). Las corrientes son muy fuertes y se crean remolinos. Sólo los surferos más experimentados se meten en estas aguas.

Me gusta recorrer las calles rodando, el camino es bonito, voy relajada,  nos cruzamos con varios surferos en bici con tabla en mano (qué habilidad), me dan unas ganas tremendas de volver a probar surfear. Miro más atentamente, con más intensidad. Quizás porque sé que quizás no vuelva a ese lugar. Quizás porque, inconscientemente,  sepa que, aunque el mundo es pequeño, pueda, o no, volver a ver, a las personas que ahora me acompañan.

La playa es diferente a todas las demás, muy larga, casi interminable, de arena anaranjada y mar bravo. ¿La recomiendo? A mí me gustó, pero no vayáis con la idea de pasar el día. Lo realmente guay del día de hoy es el recorrido en bici hasta llegar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A la vuelta, ya en Bocas, comemos al lado de La Casa del Mar (Sorry, enorme error. De este lugar no apunté el nombre). Y me gustó mucho. Restaurante con terraza al mar, pollo muy jugoso con patacones y cerveza por 12$.

Y llega la dramática hora de despedirnos de Bocas del Toro… o lo que es peor, de ese grupo de personas que han compartido una parte de nuestro viaje.

 

Estación de autobús de Almirante

A la vuelta, para ahorrar unos eurillos, cogemos el autobús (si te lo gestionan desde el Hostal, 40$, 29$ si lo coges directamente en la estación, pero te arriesgas, pues no se pueden coger con antelación).  Cogemos un Taxi -Bote hasta Almirante, y de ahí otro taxi a la ¿estación? de autobuses. Dígase estación a un mini espacio en el cual hay un muro azul con dos bancos dónde la gente se amontona a esperar el autobús. Entre nosotros… Almirante me parece un poco “chungui”.

A las 18,30h sale nuestro autobús, 11h de trayecto con un frío polar espectacular. En serio, si os decantáis por esta opción, abrigaos pero bien… o lo pasaréis fatal.  Es lo primero que me advirtieron. Hacen dos paradas para comer/ir al baño. Y no tengo más información, pues fui todo el camino durmiendo/agonizando de frío.

 

La Ari que informa: Nos ha quedado por ver Red Frog Beach, ya que nos comentaron que últimamente se estaban produciendo atracos en Bastimentos (ya lo había leído previamente en algún blog). En teoría, no debería pasar nada, muchísima gente la visita (podéis ir con otra excursión). Nosotras preferimos no hacerlo, ya que el día anterior habían atracado a un conocido y no teníamos tantos días. Puestos a omitir…

 

Bajo mi punto de vista, tres días es el tiempo perfecto para haceros una idea de Bocas. Personalmente, me hubiera podido quedar algún día más disfrutando del ambiente y su gente, pues siempre hay cosas qué hacer, y personas a las que conocer.


  • Alojaos, sin duda, en el Hostal Selina.
  • Id con ganas de conocer a gente.
  • Estad un mínimo de 3 días para descubrir Bocas.
  • No olvidéis una chaqueta si vuestra intención es ir y/o volver en autobús. Os aseguro que os arrepentiréis si no lo hacéis..
  • Alquilad una bici y turistead saludablemente.

 

 

 

 

 

Compartir:

  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)

Relacionado

Etiquetado bajo: Bocas del Toro, Cayo Zapatilla, Panamá, Playa Bluff, Playa de las Estrellas

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Posts recientes

  • Oahu, la isla civilizada – ¡Aloha!

    Kauai... Honolulu... Maui... No sé las veces qu...
  • Intenso y acelerado curso de aprendizaje llamado «vida» – Australia

    «Y cuando uno crece puede recordar lo pequeño q...
  • El día que decidí cumplir un sueño – saliendo de la zona de confort

    «Sólo se vive una vez pero, si lo haces bien, u...
  • Cienfuegos y Topes de Collantes

    Cienfuegos – La Perla del Sur     De...
  • Viñales, la Cuba rural

    Día 1: Valle de Viñales, plantación de tabaco y...

Archivos

  • mayo 2019
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • junio 2017
  • abril 2017
  • febrero 2017

Categorías

  • AUSTRALIA
  • CUBA
  • EUROPA
  • HAWAII
  • PANAMÁ

Comentarios recientes

  • Yo en El día que decidí cumplir un sueño – saliendo de la zona de confort
  • David en Intenso y acelerado curso de aprendizaje llamado «vida» – Australia
  • Estela prima en El día que decidí cumplir un sueño – saliendo de la zona de confort

©2017 Todos los derechos reservados. Ariadna López Rayo
Diseño Web: MA Desarrollo de Proyectos Web

SUBIR